Venezuela

Del Valle, Caracas:

Estimada Caroline, ante todo gracias por incluirme en esta convocatoria,  yo encantada de participar y exponer mis vivencias en estos tiempos de cuarentena, soy venezolana, Economista de profesión y tengo 54 años y actualmente vivo en Venezuela, ahora bien, para que te hagas una idea,  te cuento que el régimen de gobierno que tenemos decidió desde el día 13 de marzo de 2020,  decretar una cuarentena que se ha extendido por ahora hasta el 13 de mayo de 2020, he salido en ocasiones solo para comprar alimentos, para felicidad mía gozo de buena salud y más o menos mi rutina es la siguiente a estas alturas de la cuarentena,  mi sueño se ha alterado bastante, me duermo tarde y a veces despierto varias veces en la noche, normalmente intento levantarme a las 8 am pero a veces no lo logro y se alarga un poco más, tomo café y té  para activarme, a veces desayuno a veces no y pego con el almuerzo, por suerte para mi estoy haciendo un diplomado online el cual no ha parado y he tenido que trabajar para cumplir con asignaciones, también en este tiempo he leído dos libros y recién hace 1 semana comencé el tercero, en algunos momentos estoy animada a cocinar algo rico en otros ni comer me provoca y eso lo he llevado bien, no me preocupa, reconozco que es parte del proceso que vivo, también he tenido dolores de cabeza, aburrimiento y  cansancio me he sentido ya después del primer mes en algunos momentos como triste,  entendiendo que sentir eso  también es válido, ya que todo cambio de repente, pero eso sí,  convencida siempre de que todo pasa, por cual no me que la menor duda de que será igual con esto, esa es la razón por la cual cada día cuando logro salir a caminar, correr o al meditar agradezco lo que estoy viviendo porque también ha sido fabuloso este tiempo para reflexionar sobre muchos aspectos de mí, como soy y en que puedo mejorar aquellas cosas que no me gustan.

Te cuento que soy mama de tres amados y maravillosos hijos fuera de Venezuela, hacia los cuales al despertar cada día lo único que deseo es que estén sanos y felices, saber que ellos están bien me reconforta, aquí solo estamos mi madre y yo, por ahora  distanciadas porque no puedo ir a verla, tengo poca gasolina y en dos ocasiones que intente ir hasta su casa, los guardias del régimen no me permitieron pasar, ella tiene 78 años, es saludable y le he enviado sus alimentos con delivery,  cada día conversamos telefónicamente.

También ha sido un tiempo para tomar decisiones sobre qué debo hacer para el futuro que quiero, he agradecido muchas veces el tener cubiertas todas mis necesidades en un país en el cual la mayoría de la población sufre las más duras calamidades para conseguir algo tan básico como la comida, con un salario mínimo de $ 2,00 mensuales, siendo el costo de la canasta básica de alimentación de $230, 00 mensuales. Como puedes ver el deterioro en todos los niveles ha sido bárbaro, Venezuela es un país con reservas de petróleo probadas para más de 300 años, hoy ya ni gasolina tenemos, es decir, que los pocos productores del país no  se pueden trasladarse a colocar sus productos. Es normal aquí que la mayoría no cuenta con los servicios básicos ya que no hay agua y en la pandemia debemos tener extrema limpieza, imagina lo que es eso,  la electricidad presenta fallas constantes afectando el internet, no contamos con medicinas,  hay algunos alimentos, los hospitales no tienen dotación y el transporte público no existe. Como veras para la mayoría de los venezolanos el diario vivir es una calamidad y con el coronavirus se incrementa a niveles inimaginables de lo que se vive  a diario en este momento en mi país.

En fin, he vivido esta cuarentena en libertad total en mi casa, jajajaja, como decimos nosotros, a rienda suelta,  he visto series, películas, documentales, he escuchado música, he limpiado casi toda mi casa. He botado papeles, arreglado la cocina, ordenado gavetas y libros, fotos, documentos, por cierto me falta mi closet me ha costado meterle el pecho a esa área, jajajaja.

En relación, a mi comportamiento social he tomado algunas decisiones como por ejemplo no quiero saludar dando besos y estrechando manos, quiero usar mucho tiempo tapabocas, ahora pienso en todo lo que viaja en el aire cuando hablas, comes fuera de casa, cines, peluquerías, aeropuertos, conciertos, teatros, supermercados, algo que antes no me pasaba por la mente, ahora pienso  todos los organismos invisibles que están en todas partes.

Para finalizar, en mi caso ha sido un tiempo de reflexión, introspección, conocimiento y resiliencia.